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2. Rehabilitación

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rehabilitacionEn las semanas posteriores al periodo de emergencia, causados por un desastre agudo tipo terremoto, las necesidades en el sector de la salud cambian con rapidez, por ejemplo en el campo de la atención médica la demanda de las atenciones de emergencia son reemplazadas por la de atención primaria, la fase aguda de la vigilancia de las enfermedades basada en los puestos centinelas, es gradualmente reemplazada por la vigilancia tradicional sin perjuicio de mantenerse alerta a cambios en los patrones de comportamiento epidemiológico de las enfermedades. Las necesidades relacionadas con la salud y el medio ambiente se incrementan, así como la atención a las necesidades de la población ubicada en campamentos o asentamientos temporales.

Los tomadores de decisión, tienen que tomar en cuenta la naturaleza y el comportamiento de los desastres (agudos: terremotos, erupciones volcánicas e inundaciones súbitas o de desarrollo lento: sequías), con objeto de identificar apropiadamente las necesidades de rehabilitación temprana, porque cada desastre tiene características propias

Sin embargo, es importante subrayar que no hay una frontera claramente definida entre la fase de emergencia y la fase de rehabilitación, esto es particularmente cierto en los desastres agudos. Por lo tanto, es recomendable que se planifiquen las necesidades de rehabilitación durante la fase de emergencia con base en una evaluación rápida de daños y pérdidas.

 

 

2.1. Evaluación de daños y pérdidas

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Las autoridades de salud y los equipos técnicos responsables de la respuesta rápida para el sector salud serán los primeros en recolectar información sobre las condiciones de salud en el área afectada después del desastre. Estos, deberán transmitir la información obtenida al equipo de evaluadores del impacto del desastre, y por lo tantoes absolutamente importante tener idea clara de los daños y las pérdidas para proyectar las necesidades que incluyan el corto plazo orientado a la rehabilitación funcional de los servicios esenciales.

Esta primera evaluación realizada por el equipo de respuesta rápida, servirá de línea de base para la evaluación socio-económica del impacto del desastre, la cual se realizará después.Sobre esta evaluación se debe efectuar la planificación de la recuperación física y funcional con estimados de costos e incorporarlos a la solicitud de ayuda financiera.

De manera genérica las áreas prioritarias a evaluar son:

  • Efectos en la salud pública derivados del desastre.
  • Capacidad operativa de los establecimientos y redes de salud en lo concerniente a infraestructura física, equipamiento y funcionamiento de las líneas vitales (agua, energía eléctrica, comunicaciones).
  • Funcionamiento de los programas esenciales de salud en el área de la atención médica y de los programas preventivos.
  • Necesidades de agua, saneamiento básico incluido los deshechos hospitalarios.
  • Capacidad operativa en materia de disponibilidad suficiente de recursos humanos en salud.

Una vez terminada la etapa de respuesta inmediata al desastre y la evaluación inicial de daños y necesidades del sector, es recomendable realizar una evaluación para determinar el impacto socio-económico del desastre en el sector salud. Dicha evaluación, basada en la metodología desarrollada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), determinará las necesidades y las áreas prioritarias para la reconstrucción, basadas en los daños y pérdidas sufridos por el sector.

Una vez determinados los daños y pérdidas, se podrán desarrollar propuestas para proyectos de rehabilitación y reconstrucción.
 

 

2.2. Proyectos para las necesidades más importantes

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2 2 1 necesidades2.2.1. Necesidades en el campo de la atención médica

La fase de post emergencia debe tomar en cuenta la continuidad del tratamiento y la rehabilitación de los pacientes que lo requieran, así como el aseguramiento del acceso a los servicios de salud.

El retorno a la normalidad de la atención médica en los establecimientos de salud tropieza a menudo con el grave inconveniente de tener limitaciones en su funcionamiento debido a los efectos ocasionados por el desastre en su infraestructura y en sus servicios esenciales.

La rehabilitación de los establecimientos de salud emerge como una prioridad en la etapa post emergencia. Sin embargo, en algunos casos, se tropieza con inconvenientes relacionados con la escasa disponibilidad de medios financieros.

Prioridades

  • Rehabilitación de los establecimientos de salud incluyendo el primer nivel.
  • Equipamiento básico para diagnóstico y tratamiento.
  • Funcionamiento normal de los servicios de agua, energía eléctrica, lavandería, comunicaciones.
  • Medicamentos y suministros esenciales.

2.2.2. Necesidades en el campo de la vigilancia de las enfermedades

La vigilancia de enfermedades tropieza a menudo con limitaciones en laboratorio. Buena parte del equipamiento suele ser destruido o se vuelve inutilizable por el desastre particularmente en casos de terremoto e inundaciones, afectando negativamente el funcionamiento de la vigilancia epidemiológica y ambiental para efectuar exámenes básicos necesarios en el diagnóstico de enfermedades o para el monitoreo de la contaminación bacteriológica del agua, entre otros aspectos.

Prioridades

  • Asegurar el funcionamiento básico de los laboratorios de salud pública.
  • Insumos para la prevención y control de enfermedades de potencial epidémico.

2.2.3. Asistencia a las poblaciones de los refugios temporales

En la medida de lo posible se deben efectuar los esfuerzos necesarios para que la población en refugios temporales vuelva a sus actividades normales, pero este planteamiento a menudo tropieza con inconvenientes y limitaciones particularmente relacionadas con la dotación de viviendas.

Las necesidades de la población en refugios comprende una amplia gama que va desde la asistencia social para los grupos más vulnerables hasta las demandas de atención médica, la salud mental y la vigilancia nutricional.

Prioridades

  • Asegurar la continuidad de la atención médica.
  • Mantener la vigilancia de la alimentación adecuada y de la nutrición.
  • Proveer de  asistencia preventiva en salud mental.

2.2.4. La salud ambiental

Después de una emergencia, el descuido de las acciones esenciales relacionadas con el agua y saneamiento puede contribuir al deterioro de las condiciones ambientales y constituir un riesgo para la salud de la población afectada por un desastre.

Prioridades

  • Asegurar el abastecimiento de agua segura en cantidad razonable.
  • Priorizar la reparación y restauración de las fuentes de abastecimiento, las redes primarias y secundarias cuyas necesidades se expresan en maquinaria, materiales y expertos.
  • Reparar las redes de desagüe de aguas servidas y excretas en zonas de mayor riesgo para la salud.
  • Garantizar la disposición o tratamiento de los residuos hospitalarios, por el potencial riesgo de contaminación al medio. 

 

2.3. Financiamiento

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2 3 financiamientoNormalmente los recursos financieros nacionales asignados al funcionamiento de los programas de salud en situación normal son limitados y las situaciones de emergencia se agotan muy rápidamente los escasos recursos disponibles, agravando una situación ya de por sí difícil de afrontar. La gestión de fondos externos para la atención de la emergencia no es tarea fácil pero es necesaria en numerosas ocasiones.

Resulta altamente recomendable que durante la elaboración de una solicitud de apoyo de emergencia a la comunidad internacional, las autoridades de salud incorporen a su solicitud de apoyo las necesidades para la etapa de rehabilitación inmediata y de corto plazo, incluyendo programas y servicios y aquellos que garanticen una rehabilitación operativa.

De ahí la importancia de efectuar una evaluación de la capacidad funcional de la red sanitaria completa, incluyendo no solo los grandes hospitales, sino tambiénlos establecimientos del primer nivel de atención, puesto que muchos de ellos pueden ser rehabilitados a corto plazo con pequeña inversión, mientras que los daños más complejos son motivo de una consideración más cuidadosa para la etapa de reconstrucción.

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