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Una de las tareas fundamentales del sector salud es la de asegurar la continuidad de la prestación de servicios de salud a la población afectada por un desastre.

Aún antes de que ocurra una emergencia, la red de establecimientos de salud debe estar preparada para afrontar situaciones de emergencia derivadas de las diferentes amenazas, tanto de las producidas por fenómenos naturales, como de las de origen antrópico.

Para este propósito, los establecimientos de salud deben tener vigentes sus planes de preparativos y atención a las situaciones de emergencia y su personal debe estar debidamente entrenado en su aplicación y contar con los recursos necesarios para la respuesta.

La coordinación de la asistencia internacional en salud es responsabilidad del ministerio de salud, en conjunto con el organismo nacional responsable de la coordinación de la respuesta a desastres, el ministerio de relaciones exteriores y, cuando existe, el organismo nacional responsable de la cooperación internacional.

Cuando la capacidad de respuesta de un país afectado por un desastre es rebasada y su instituciones ven pertinente solicitar o recibir asistencia internacional en salud, es necesario establecer rápidamente lo que se necesita y lo que no se necesita. El silencio prolongado o una falta de respuesta al ofrecimiento de ayuda no es una opción adecuada, porque estimula el envío de ayuda no solicitada innecesaria o retrasa la llegada de ayuda necesaria en el tiempo en que es útil para responder a las necesidades insatisfechas en salud de la población afectada. Para leer más sobre este tema, recomendamos: Saber Donar: recomendaciones prácticas sobre donaciones humanitarias.