4.3. Alianzas para donaciones en especie

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La llegada de grandes cantidades de donaciones a un país afectado por un desastre o una emergencia, representa un gran reto para los actores humanitarios en el momento de organizar y manejar estas ayudas –la cual puede ser relevante e importante para satisfacer las necesidades o puede constituir una carga adicional.

Los retos técnicos y logísticos involucrados se agravan cuando las donaciones son inapropiadas, se envían apresuradamente o no están acordes con las necesidades reales de la población afectada. (Luego de los terremotos de 2001 en El Salvador, aproximadamente, 37% de los medicamentos recibidos como donaciones eran inapropiados, a pesar de la lista de necesidades provista por el gobierno salvadoreño).

Todos los países afectados por los desastres, así como los actores humanitarios y las agencias donantes, se perjudican –por no mencionar a las víctimas mismas– cuando la ayuda internacional no está coordinada, es inapropiada o no se ha solicitado. Existen muchas razones por las cuales esto sigue ocurriendo, pero es posible identificar algunas de las causas generales.

  • Persisten mitos como “cualquier asistencia que se reciba es útil, sea lo que sea” o “es mejor que sobre y no que falte”, cuando en realidad no toda la ayuda recibida es útil. Las donaciones guiadas equivocadamente pueden causar caos y requerir una gran cantidad de tiempo y dinero para organizarlas, clasificar los contenidos y mandarlos a sus destinos. La costo-efectividad de estas donaciones es muy baja dado el esfuerzo que toma asegurarse de que lleguen a las comunidades afectadas.
  • Los mecanismos existentes para la recepción y el manejo de las donaciones no siempre se respetan en los países que reciben ayuda o se desconocen los canales o los procedimientos técnicos o administrativos que pueden ya estar instalados en muchos países de América Latina y el Caribe.
  • De parte de los países que reciben la ayuda, la evaluación de los daños y las necesidades debe ser un proceso que contribuya al mejoramiento de la toma de decisiones y las mejores prácticas frente a la recepción de las donaciones. Como resultado, es necesario haber implementados mecanismos claros que sean útiles para orientar las ofertas de asistencia a las necesidades existentes. Por lo tanto, no es sólo un asunto de “saber cómo donar”, sino también “cómo pedir”.
  • Los medios de comunicación –nacionales e internacionales– tienen mucha influencia cuando se trata de desencadenar o justificar las operaciones humanitarias. Sin embargo, muchas veces promueven donaciones espontáneas e indiscriminadas sin un conocimiento sólido de la evaluación de las necesidades, usualmente cuando existe mucho altruismo y los donantes son muy abiertos a la colaboración y la solidaridad.

Este problema no puede ser resuelto sólo por una agencia o sólo por un país y por eso se hacen alianzas para tratar los problemas más graves. Una de esas alianzas entre agencias es SaberDonar, una alianza entre OPS/OMS, UNICEF, OCHA, PMA, la Agencia española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), IFRC e Intermon Oxfam.

La guía “Recomendaciones prácticas para las donaciones humanitarias” en uno de los principales componentes de esta iniciativa, el cual busca aumentar la conciencia y promover el intercambio de experiencia entre los donantes, las autoridades y los medios de comunicación sobre la importancia de saber cómo hacer y buscar donaciones humanitarias eficientes en situaciones de desastres. En la preparación de esta guía, las agencias revisaron y llegaron a las mismas conclusiones y recomendaciones que se habían logrado en muchos foros internacionales. También se usaron documentos y publicaciones de las principales agencias humanitarias internacionales como referencia para organizar y presentar –en un formato práctico y operacional– un resumen de las recomendaciones dirigidas a tres grupos: los donantes, las organizaciones nacionales de manejo del riesgo y los medios de comunicación. La guía promueve la comunicación entre estas tres agencias para adoptar mejores prácticas y evitar las actitudes y los mitos que hacen lento o comprometen el proceso de las donaciones.

Algunos ejemplos de las recomendaciones son:

  • Para las autoridades nacionales: planear y organizar mecanismos versátiles y herramientas para la recepción, selección y distribución de las donaciones; practicar la transparencia y responsabilidad rápida en el proceso de recepción y uso de las donaciones.
  • Para las agencias donantes: conocer previamente y usar los mecanismosexistentes de coordinación y manejo de las donaciones para el país afectado.
  • Para los medios de comunicación: asumir el papel de promover y garantizar la transparencia y evitar contribuir a la propagación de los mitos que complican el proceso del manejo de las donaciones.

El Centro para la Información Internacional de Desastres (CIDI) es otro ejemplo de una asociación internacional que trata asuntos relacionados con la ayuda internacional. El CIDI brinda información y guía para apoyar la ayuda internacional apropiada en los desastres y ofrece asistencia a las agencias del gobierno, las embajadas extranjeras, los individuos, los grupos y las corporaciones, para escoger las mejores formas de ofrecer asistencia para aquellos afectados por los desastres en el exterior. Esto incluye asesoría sobre las donaciones en especie y en dinero, y las oportunidades de voluntariado.

Las actividades de alcance del CIDI tienen como objetivo las comunidades en las que los grupos diáspora de los países vulnerables a los desastres probablemente respondan a ellos en su propia tierra para obtener menos donaciones inapropiadas que sean un peligro para las víctimas de los desastres y menores alteraciones de las economías locales, lo que resulta de una inundación de “bienes de ayuda” gratuitos que compiten en las ventas en los mercados locales, y una respuesta más rápida. El CIDI publica fichas técnicas y reportes de la situación de las agencias líder de ayuda y desarrollo, guías, ideas para recolectar fondos y otras herramientas útiles.

Finalmente, los países de América Latina y el Caribe están haciendo esfuerzos, mediante los ministerios de Relaciones Exteriores, para crear normas y procedimientos para mejorar la organización y facilitar la llegada de la asistencia humanitaria internacional. La Región Andina de América del Sur ha producido las Guías para la Asistencia Mutua en Situaciones de Desastre en los Países de la Región Andina.En América Central, CEPREDENAC publicó los Procedimientos regionales para la coordinación eficiente y efectiva de la cooperación internacional, destinados a ayudar a los ministerios de asuntos exteriores en los países centroamericanos, Belice y República Dominicana.